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Índice De Percepción De La Corrupción

Todas las claves del Índice de Percepción de la Corrupción 2024

El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2024, publicado como cada año por la organización Transparencia Internacional, ha traído consigo un análisis revelador y, para muchos países, preocupante sobre el estado de la corrupción en el mundo. Esta herramienta, que se ha convertido en un referente global para evaluar el grado de corrupción percibida en el sector público, vuelve a poner de manifiesto la necesidad urgente de fortalecer las instituciones, mejorar la transparencia y fomentar la rendición de cuentas.

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¿Qué está fallando según el Índice de Percepción de Corrupción?

Este año, el IPC ha evaluado a 180 países y territorios, otorgándoles una puntuación entre 0 (muy corrupto) y 100 (muy transparente). El informe del Índice de Percepción de la Corrupción 2024, elaborado por Transparencia Internacional, ha dejado al descubierto las principales debilidades estructurales que impiden un avance sostenido en la lucha contra la corrupción a nivel global. Más de dos tercios de los países analizados han obtenido una puntuación inferior a 50 sobre 100, lo que indica que la corrupción sigue siendo un problema sistémico en la mayoría de las regiones del mundo. Entre los principales factores que explican esta situación destacan:

1. Estancamiento legislativo y falta de reformas

En muchos países, la voluntad política para implementar reformas anticorrupción sigue siendo débil o inexistente. Legislaciones claves que podrían mejorar la transparencia y sancionar eficazmente los abusos de poder permanecen bloqueadas, sin consenso o sujetas a intereses partidistas. Además, en varios Estados, las reformas adoptadas en apariencia suelen ser ineficaces, lo que alimenta la desconfianza ciudadana y la sensación de impunidad. La falta de implementación real de normativas internacionales, como la Convención de las Naciones Unidas contra la Corrupción, es otro indicador del estancamiento global en esta materia.

2. Debilitamiento institucional

El debilitamiento de las instituciones encargadas de controlar y sancionar la corrupción es una constante en muchos países. Gobiernos autoritarios, democracias frágiles y regímenes híbridos han atacado de forma directa a organismos de fiscalización, tribunales independientes y agencias anticorrupción. En algunos casos, se ha registrado el cierre de organismos clave, lo que evidencia un retroceso preocupante en la garantía del Estado de derecho.

3. Falta de transparencia y rendición de cuentas

La opacidad en la gestión pública sigue siendo uno de los principales obstáculos para combatir la corrupción. Muchas administraciones se resisten a compartir información básica sobre contratos públicos, presupuestos, licitaciones y financiamiento de partidos políticos. La falta de datos abiertos y herramientas digitales que permitan a la ciudadanía auditar el uso de los recursos públicos refuerza una cultura de impunidad.

4. Amenazas a la libertad de prensa y la sociedad civil

El periodismo de investigación y las organizaciones de la sociedad civil desempeñan un papel fundamental en la denuncia de prácticas corruptas. Sin embargo, en muchos países, periodistas y activistas enfrentan censura, intimidación, campañas de desprestigio, detenciones arbitrarias e incluso asesinatos. Esta creciente represión contra quienes exponen casos de corrupción ha tenido un efecto paralizante en la vigilancia ciudadana. En contextos autoritarios o con democracias debilitadas, el espacio cívico se ha reducido drásticamente, dejando a las poblaciones sin canales efectivos de denuncia o participación.

5. Escasa protección a denunciantes

A pesar de los avances normativos en algunos países, la mayoría del mundo sigue careciendo de sistemas sólidos de protección para las personas que denuncian corrupción. Las represalias contra alertadores son comunes: despidos, amenazas o demandas judiciales se utilizan para silenciar voces incómodas. La falta de marcos legales adecuados o de mecanismos independientes que garanticen el anonimato y la seguridad de los denunciantes perpetúa una cultura del miedo, inhibiendo la cooperación ciudadana con las autoridades y dificultando la identificación de redes corruptas.

El Índice de Percepción de la Corrupción (IPC) 2024, publicado como cada año por la organización Transparencia Internacional, ha traído consigo un análisis revelador y, para muchos países, preocupante sobre el estado de la corrupción en el mundo. Compartir en X

Recomendaciones de transparencia internacional

Transparencia Internacional propone soluciones y recomendaciones para mejorar la situación. La organización es especialmente clara:

  • Es necesario reactivar de forma urgente la agenda institucional anticorrupción.
  • Debe dotarse de independencia y recursos adecuados a los organismos de control, tanto a nivel nacional como autonómico.
  • La transparencia en la financiación de los partidos políticos debe reforzarse con mecanismos de auditoría independientes y sanciones efectivas.

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  • Evaluar riesgos en tiempo real: identificar vulnerabilidades en operaciones, transacciones y relaciones con terceros.
  • Automatizar controles internos: garantizar el cumplimiento de políticas corporativas y normativas internacionales.
  • Monitorear el cumplimiento continuo: facilitar auditorías internas y externas con registros claros y centralizados.
  • Simplificar la toma de decisiones: proveer análisis basados en datos para responder rápidamente a incidentes.

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